En la última década, Chile ha experimentado una drástica disminución en su participación mundial en la producción de cobre de mina. Esta tendencia se debe a factores estructurales geológicos, al avance productivo de otros distritos mineros como Perú y la República Democrática del Congo, y a la ausencia de proyectos de desarrollo en este importante eslabón de la cadena de desarrollo de la minería.
Así lo señala un reciente estudio de la Comisión Chilena del Cobre (Cochilco), que indica que 2023, la producción de concentrados en Chile representó el 53% de la producción de cobre, porcentaje que se elevaría a 77% en 2040, reflejando un cambio en la dinámica de producción nacional.
En otras palabras, Chile cada vez exporta menos cobre ya fundido y en cátodos -de mayor valor agregado-, y a cambio ha aumentado los envíos de concentrado, que todavía requieren algunos procesos antes de convertirse en producto final. Estos últimos pasos se realizan en el exterior, principalmente en fundiciones ubicadas en China.
“En 2023, China fue el principal productor mundial de cobre fundido, con una participación del 44%. Chile, en cambio, alcanzó el 6%, lo que representa una caída del 50% en comparación con el año 1992. La utilización de la capacidad nominal de fundición a nivel mundial en 2023 se situó en 78,2%. En Chile, las fundiciones alcanzaron un 65% de utilización”, añadió Cochilco en su estudio.
Además, se indica que, en el corto plazo, las principales expansiones en capacidad de fundición se producirán en China e India. En contraste, Chile solo muestra el proyecto de mejoramiento de la fundición Hernán Videla Lira, de Enami, que eventualmente tendría una capacidad de 700 mil toneladas.
“Para 2025 y 2026, se prevé una ampliación del déficit mundial de concentrados en comparación con 2024. Esto sugiere que los cargos de tratamiento y refinación podrían seguir a la baja”, añadió Cochilco en su reporte.