“Así tiene que ser”. Esa fue la frase que el gerente general de la empresa minera no metálica chilena SQM emitió la semana pasada, al ser consultado respecto de si la permisología en Chile es lenta en una entrevista en El Mercurio. La frase no cayó bien en el resto de la industria, y así lo hizo ver el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (SONAMI), Jorge Riesco.
El representante de la industria se refirió a las declaraciones del gerente general de SQM, Ricardo Ramos, a través de un comunicado de Sonami, en el que señalo que probablemente “su opinión provenga desde su experiencia, pero no representa a toda la industria que enfrenta muy distintas realidades”.
Riesco explicó que si bien la normativa medioambiental que existe en Chile entrega un marco de estabilidad existe un diagnóstico transversal del exceso de permisos que se necesitan para ejecutar proyectos de inversión mineros en el país y de su muy extensa tramitación. “Esto sin duda es un problema que hay que resolver”.
Agregó que “hoy los proyectos de gran minería demoran alrededor de 12 años para ser aprobados, y los de mediana 6 años. Entonces, para poder aprovechar los beneficios que la industria puede aportar tanto al fisco como a la comunidad, necesitamos que la tramitación de permisos sea más expedita”.
“A esta burocratización de iniciativas debemos sumar, además, las decisiones arbitrarias de algunos funcionarios, que -en algunas ocasiones- han afectado la ejecución de nuevas iniciativas de inversión”, añadió el líder de la federación gremial.
El presidente de SONAMI puntualizó que actualmente se están tramitando dos proyectos de ley que buscan agilizar los procesos de autorizaciones ambientales y sectoriales y que “si bien se deben analizar algunas modificaciones estructurales, son iniciativas que van en la línea correcta”.